Multitud de refugiados en el puerto de El Pireo, Atenas (Grecia), marzo 2016 | Foto Mónica Hidalgo

Conversación con Mónica Hidalgo sobre los refugiados

Tiendas de refugiados en el puerto de El Pireo, Atenas (Grecia), marzo 2016 | Foto Mónica Hidalgo

El martes 12 de abril de 2016, la revista digital La Marea publicó parte de la conversación que mantuve con la compañera Mónica Hidalgo, que paso sus vacaciones ayudando a los refugiados de El Pireo, Atenas (Grecia),

Reproduzco aquí solo parte de esa entrevista. Porque soy consciente de que, en cualquier medio, tanto en papel como digital, hay limitaciones de espacio. Así, están todas las preguntas, pero he recortado las respuestas. Y si te interesa, puedes leerlas completas en el enlace siguiente:

Mónica Hidalgo puso sobre el tapete realidades que no se suelen o no interesan difundir. Por eso la conversación íntegra nos sirve para conocer mucho más de cerca la realidad de los refugiados. En Grecia en particular y en todo Europa en general. También la forma de pensar y de actuar de una persona como ella.

Conversación con Mónica Hidalgo sobre los refugiados de El Pireo

Rubén Caravaca: ¿Cómo y en qué momento decidiste pasar tus vacaciones en Grecia?

Mónica Hidalgo: La decisión la tome hace tiempo, viendo los naufragios en el Mediterráneo o el Egeo. Y cuando empecemos a ver las imágenes de todas las personas desplazadas que estaban llegando a Grecia. En las barcazas de plástico a merced de su buena suerte y solo con la ayuda de voluntarias…

R. C.: ¿Primera vez en Atenas?

M. H.: Sí, es la primera vez que viajo a Grecia. Aunque no creo que será la última, pues no he visitado nada de su patrimonio artístico y me encantaría poder hacerlo. Además la impresión que me traigo del pueblo griego es fantástica, por lo que me encantaría volver.

R. C.: ¿La intención?

M. H.: Mi intención de viajar a Grecia era la de intentar ayudar dentro de mis posibilidades a todas aquella personas refugiadas que estaban llegando al país. Un país, no olvidemos, devastado por la crisis económica y las medidas de austeridad de la Troika y la Unión Europea…

R. C.: Seguro que hubo cambio de planes

M. H.: Inicialmente pensé en viajar a Lesbos. Pero, tras el acuerdo de la Vergüenza firmado por la Unión Europea y Turquía, mis posibilidades de ayudar y ser útil disminuyeron. Ya que yo iba a llegar a Grecia después de que entrara en vigor y sería más difícil trabajar como voluntaria libre.

R. C.: Tus primeras impresiones al llegar al aeropuerto ¿Os desplazabais en transporte público? ¿Qué percepciones sentáis?

M. H.: Llegamos demasiado tarde a Atenas pues volamos con escala en Sofía, en Semana Santa los vuelos directos eran prohibitivos. Y fue muy grato encontrarme con una familia española que viajaba a pasar unos días con su hija que estaba en Atenas de Erasmus.

Sí que es cierto, que nuestra percepción al llegar al hostal puede ser que viéramos una ciudad oscura, poca limpieza en las calles y poco mantenimiento de los edificios. A pesar de estar al lado del centro de Atenas, en Ominia. Pero no olvidemos que Madrid tal vez es demasiado luminosa y tiene mucha contaminación lumínica.

Durante nuestra estancia, hemos ido a El Pireo siempre en metro o bus urbano. Y tengo que decir que el metro de Atenas está a años luz del metro de Madrid. Sobre todo con respecto a la accesibilidad pues todas las estaciones tienen escaleras automáticas y/o ascensor.

Hablo en plural, porque unos días antes de marchar a través de los canales de Telegram y Facebook,  creados para contactar entre las personas que viajan a Grecia como voluntarias, hable con una chica cacereña, Raquel Duende.

Refugiados en el puerto de El Pireo, Atenas (Grecia), marzo 2016 | Foto Mónica Hidalgo

R.C.: Llegada  a un territorio desconocido

Llegamos sobre las 12 de la noche. Por tanto empezamos a funcionar al día siguiente temprano. A través del canal de voluntarias, una persona me facilito el contacto de un chico griego, con el que ya habíamos hablado y quedamos con él esa mañana.

Este chico, nos explicó la situación en de las personas refugiadas en Grecia, de los diferentes puntos del país donde están. También nos facilitó contactos con griegas/os que están dejándose la vida para ayudar a las personas refugiadas y amablemente nos cedió su casa para nuestra estancia, para que no tuviéramos tantos gastos.

La generosidad del pueblo griego no se puede expresar con palabras. Con su actitud, se cumple claramente «solo el pueblo, salva al pueblo» y como «quien menos tiene, es el más generoso». En mi opinión podrían quitar a la Unión Europea el Nobel de la Paz y dárselo a Grecia, porque su ciudadanía si está demostrando proteger y luchar por los Derechos Humanos.

En esos primeros momentos aprovechamos también para conocer Notara 26, que es un centro social okupado, donde actualmente se alojan 140 personas refugiadas.

R.C.: El Pireo un encuentro entre trabajadores y migración ¿Cómo se convive?  Autóctonos y viajeros. La sede del Olimpiakos observando todo…

Sí que es cierto que hay contraste, pero no hay conflicto. Los trabajadores están a sus tareas y no hay mayor problema. Incluso la seguridad portuaria está presente, haces sus rondas sin ninguna actitud represiva contra los refugiados.

El mayor contraste y la situación más controvertida, a mi entender, es cuando llegan los cruceros vacacionales y ves a las personas haciendo fotos desde la proa del barco. Como si el campamento fuera otra atracción turística. O que llegan corriendo con 1.000 maletas sin mirar a su lado donde mal viven casi 6.000 personas.

Lo peor es cuando esos turistas bajan del barco y hacen fotos de primeros planos a niñas y niños, sin pedir permiso a las madres o a los padres…

Mónica Hidalgo

R. C.: ¿El día a día es?

M. H.: Agotador. La organización en El Pireo está basada en buenas voluntades. Y en personas que han acudido a título personal a echar una mano, desde diferentes países. Se inicia con una reunión explicando la situación y las tareas que precisan manos. Y de ahí cada persona acude a aquella que considera puede ser más útil. En El Pireo hay 4 asentamientos que se nombran según la puerta de entrada.

R. C.: ¿Cuáles son las redes de apoyo?

M. H.:  En El Pireo no hay grandes organizaciones presentes trabajando. Hay un par de carpas de Cruz Roja, ACNUR trajo un camión de mantas y desapareció, REMAR tiene una carpa en el E1 para hacer cosas con niños, pero poco más. Allí el grueso del trabajo de las labores las realizan personas voluntarias, que se autoorganizan más o menos cada día. El problema también es que sí que hay personas que llevan tiempo y más o menos son las que organizan a las personas que llegan, pero hay muchos voluntarios, como mi caso, que vamos unos días, y que por tanto las labores de iniciación se realizan a diario.

R. C.: Se calcula que hay unas 6.000 personas en el puerto, procedencias diversas…

M. H.: Sirios y afganos, sobre todo. Y ver a tantas personas de tan diferentes lugares, te hace darte cuenta de la magnitud del problema que estamos ocasionando con las guerras. El desplazamiento de tantas personas desde tantas partes del mundo en busca de una vida en paz. ¡Es terrible!

R. C.: ¿Convivencia, conflictos de clase, étnicos, religiosos?

M. H.: Bueno, en líneas generales no hay excesivos conflictos. Pues ya está organizado para intentar que los asentamientos estén por nacionalidades. Suena triste decir esto, pero es la realidad. Los repartos de comida por ejemplo, se hacen en lugares separados.

Nosotros también tenemos parte de culpa de estos conflictos entre ellos. Ya que hemos fomentado la idea de refugiados de 1ª y de 2ª. Y luego a los que ni siquiera consideramos refugiadaos. Lo cual aumenta aún más la incertidumbre y la tensión, lo que puede llevar a la generación de conflictos.

R. C.: Los días pasan y pasan

M. H.: Aburridísimo y terrible psicológicamente. No hay nada que hacer, solo pensar en su situación y observar el futuro suyo y de su familia, con incertidumbre y miedo. Hacer cola para la distribución de la comida, de la ropa, del té caliente, de la atención médica…

R. C.: ¿Gestión de comidas, higiene, sanidad, descanso?

M.H.: En los primeros días, la comida se hacía en cocina improvisada en uno de los edificios de pasajeros, que son públicos y han sido cedidos para albergar a refugiados. La cocina la estaban llevando muy bien un grupo de voluntarios que llevaban bastante tiempo gestionando este asunto. Posteriormente se clausuró la cocina y era el Ejército quien traía las raciones de comida, que son repartidas por los voluntarios. Esta gestión por parte del Ejército ha dejado mucho que desear. Llegaban tarde, con raciones escasas y en un par de ocasiones con comida en mal estado.

La higiene. La higiene no existe. No hay duchas, se lavan como pueden con el agua que se les da para beber. Yo misma fui testigo de una niña que lavaba a su hermano pequeño con agua mineral.

El alojamiento para dormir está distribuido dentro de los edificios de acogida de pasajeros. Sobre todo familias con niños pequeños o personas enfermas.

El tema de Sanidad, como todos los demás, está gestionado por voluntarios.

R. C.: ¿Qué hacer en el tiempo libre?

M. H.: Nada, no hay nada que hacer. Excepto las personas que hacen de traductores para los voluntarios, el resto de adultos dedican su tiempo a ver la vida pasar, estar en las tiendas con sus familias, pasear por el puerto, hablar con otros refugiados y sobre todo estar en colas para recibir un poco de té caliente, un escaso plato de comida o un jersey usado.

R.C.: ¿Frustración? ¿Esperanza?

M. H. : Sí, hay frustración, mucha frustración y cada vez menos esperanza. Y llega un momento que ya no tienen ni ira, ni rabia, solo desolación y desesperanza. Muchas miradas perdidas, al infinito. Miradas que lo dicen todo. Mirar al mar, a ese mar que casi les quita la vida, pero no lo están viendo.

R. C.: Las relaciones personales

M. H.: Pues con nosotras, con las voluntarias, son todos muy amables, cariñosos y agradecidos. Saben que estamos ahí para intentar ayudarles e incluso son conscientes que no cobramos por ello y que estamos allí en nuestro tiempo libre y eso lo valoran mucho, tal vez incluso en excesos, que para mí personalmente recibir sus ‘shukran’ me causaba un gran malestar, pues solo me salía pedirles perdón por lo que estábamos haciendo en Europa. Es una situación realmente deprimente.

R. C.: Persona y caras de los que han perdido todo, viajar sin rumbo, sin saber realmente cuales son los destinos

M. H.: Pues imagínate, han pasado por 1000 situaciones complicadas, han sido engañados, han dormido en el barro, han sido polizones, se han jugado la vida en el Egeo, han perdido a familiares y amigos, han dejado atrás su país, sus familias, sus vidas…

Para mí una de las necesidades más importantes que tienen estas personas y que no se están cubriendo, es la atención psicológica…

R. C.: ¿Son conscientes de que ha habido un acuerdo que los va a llevar a un país que no respeta los Derechos Humanos de sus ciudadanos? ¿Cómo lo viven?

M. H.: Las noticias llegan sesgadas, se convierten en rumores y esto es un problema, ya que la desinformación es mucha. Saben que las fronteras están cerradas, que hay un acuerdo con Turquía, pero no saben correctamente en lo que consiste y las implicaciones que tiene para ellos.

Uno de los problemas de esta desinformación y sobre todo del Pacto de la Vergüenza, es que ahora tenemos refugiados de primera y de segunda. Solo consideramos merecedoras de asilo a las personas sirias y nos olvidamos que hay muchas personas que están huyendo de diferentes países…

R. C.: Contrabando contemporáneo: Dinero por personas

M. H.: Es por todos conocido el papel de las mafias, que cobran cantidades astronómicas por cruzar a Lesbos en una lancha o taxistas que triplican sus tarifas por traslados a El Pireo o que les compran su oro por una mínima cantidad. Hay personas que están ‘haciendo su agosto’ con los refugiados y esto es aberrante.

R. C.: ¿Campos de prisioneros modernos?

M. H.: Sin ninguna duda. No olvidemos que estas personas, son personas libres, que no son prisioneros, no han cometido ningún delito, tienen libertad de movimiento, libertad de decisión dentro de las escasas posibilidades que les está dando la vida. Me enfurece mucho cuando escucho reproches de la sociedad si algún refugiad no acepta algo, pero nadie dice que están en su derecho de no aceptarlo, no tienen por qué vivir donde no quieren o trabajar de algo que no desean, al igual que cualquiera de nosotros.

Los campos que están construyendo alrededor de Atenas, aún no tienen infraestructuras mínimas y según nos contaban deja bastante que desear tanto las instalaciones como el trato que reciben, es normal que no quieran ir para allá y están en su derecho de no hacerlo.

R. C.: ¿Son posibles las relaciones emocionales? ¿Mantener distancia? ¿Las amorosas?

M. H.: Hay mucha gente joven atrapada en este sin sentido, que dentro de esta situación intentan normalizar lo máximo posible su situación, por tanto entiendo que si las hay. En una ocasión hablando con voluntarios nos hicimos esta reflexión, sobre que no se donaban preservativos, que los refugiados tienen sus necesidades sexuales como todas las personas y que esta parte tampoco la estábamos cubriendo, como tantas otras.

R. C.: Adolescentes en edades de merecer, conocer, disfrutar, amar

M. H.: Es curioso, en El Pireo hay un señor griego que va un par de noches a la semana con un equipo de música y monta como una verbena en el E1. Ese momento de distracción y de normalización de la situación es turbador y esperanzador a la vez. Recuerdo que ese día, en el reparto de ropa de mujeres -los repartos se hacen por separado: un día mujeres y al siguiente hombres- las chicas más jóvenes estaban como más exigentes cuando pedían alguna prenda. Y luego entendí el por qué: era porque ese día había baile.

Voluntarios juegan con niños y niñas refugiados en el puerto de El Pireo, Atenas (Grecia), marzo 2016 | Foto Mónica Hidalgo

R. C.: ¿Los niños y niñas?

M. H.: Los más pequeños son más fáciles de entretener, con cualquier cosa se ríen y se divierten. Aunque sea jugando a las palmas o con una cuerda, una pelota deshinchada, una tiza en el asfalto, un vuelo de paloma, o una caja de fruta. Cualquier cosa es válida como juguete.

La verdad que se notaba la necesidad de jugar, que se te acercaban con sus manos por delante para hacerte jugar. Necesitan tanto. No hay nada parecido a un aula, excepto una pequeña carpa de REMAR en el E1 donde hay varias mesitas para que los pequeños dediquen su tiempo a pintar. No hay nada más. El día antes de regresar, un grupo de voluntarias españolas estaban comprando para crear otra carpa en E2 para que los niños pudieran pintar y jugar…

Estamos creando una generación de niños que llevan demasiado tiempo sin ir a la escuela y esto será un problema para el futuro.

Mónica Hidalgo

R. C.: ¿Secuestros, contrabandos de menores?

M. H.: Por desgracia sí que hay. Me contaron que una noche un señor en un coche ofrecía juguetes a 3 niños y quería subirlos a su coche, algo que para ellos también era un juego. Y hubo suerte en esta ocasión y paso un voluntario que lo vio todo, le increpó y logro que se marchara. Pero estoy segura de que hay demasiadas ocasiones en que no hay esta suerte y no pasa nadie por allí.  Los menores están por la calle corriendo y jugando y son muy fáciles de captar, o que sigan corriendo y se despisten de su campamento, etc. Esto es una de las cosas que más me preocupaba a mí.

R. C.: ¿Qué va a pasar cuando empiece a llegar turismo?

M. H.: Está claro, que la intención es desalojar El Pireo antes de la llegada de los cruceros y los turistas. Manipulación de la información, ofrecimiento de autobuses diarios a los campos, mermar las fuerzas con la comida en mal estado y raciones pequeñas, etc…

R. C.: ¿El papel de la izquierda griega?

M. H.: A mí me parece insuficiente. Pero también debemos de entender que Grecia está sumida en una crisis brutal, que la Troika les aprieta y sí les ahoga. Y que estamos dejándoles solos gestionando esta situación, que tampoco es justo por parte de Europa. No lo están haciendo bien, pero no creo que sean los responsables…

Bandera rojinegra | Encuentro Anarquista del Mediterráneo | La Canea - Creta - Grecia | Octubre 2015

R. C.: El anarquismo tuvo mucha presencia en las movilizaciones griegas ¿Está presente? ¿Se colectivizan espacios, edificios, solares?

M. H.: Están haciendo una labor increíble. Sin ellos muchas personas refugiadas estarían aún peor de lo que ya están. Gestionan varios edificios okupados para alojar familias refugiadas. Además, los centros sociales okupados que ya existían también se han volcado dando alojamiento a muchas personas. Sobre todo las más vulnerables, por estar enfermas o tener niños muy pequeños, o por cuestiones de violencia sufrida en El Pireo por motivos étnicos, religiosos o políticos…

Los grupos anarquistas también trabajan en El Pireo. Sobre todo en atención medica personalizada. Atienden a personas que deben ir al hospital, las llevan incluso en sus propios coches, les buscan casa, tienen un magnifica red de griegos que han ofrecido su vivienda para alojar a familias refugiadas, les ayudan con los tramites del asilo, les explican sus derechos, etc.

Sinceramente, la red y la gestión de los anarquistas griegos en esta crisis humanitaria que Europa ha creado es encomiable y merecedora de todo reconocimiento.

Mónica Hidalgo

R. C.: ¿Hay algún tipo de economía entre los refugiados?

M. H.: No sabría decirte. Evidentemente muchas de ellas han traído sus ahorros, aunque cada vez más mermados por los gastos del viaje y los abusos de las mafias. Pero una infraestructura económica real, no existe. Suponemos y se corría el rumor de que algunas vendían sus tiendas de campaña a otras. Pero era a costa de dormir al raso, por tanto a esto yo no lo considero economía, se llama supervivencia.

R. C.: ¿Estamos ante otro fracaso de la política?

M. H.: Lo que está ocurriendo es la mayor vergüenza que ha ocurrido en las últimas décadas y debería emitirse en blanco y negro. Ser testigo directo de esta aberración a los Derechos Humanos es algo que jamás pensé que iba a vivir. Y desde luego recuerda a las historias de mis abuelos. La política, no existe, solo existen las grandes corporaciones y las inmensas fortunas que son quienes nos gobiernan en realidad. Y que poco o nada les importan la vida y los derechos, por tanto es evidente que es un fracaso político. Pero no solo la gestión de las personas refugiadas y la protección de sus derechos, es un fracaso todo lo que estamos viviendo alrededor.

R. C.: Vergüenza de Europa, de  España, ‘Europa ha muerto’ cantaban Los Ilegales ¿Está destruida moralmente Europa?

M. H.: Cuando escuchas que algunas personas se plantean volver, volver a un país en guerra, volver a dormir bajo las bombas, volver a un lugar donde están represaliadas por su religión o que les tiran piedras por su orientación sexual, creo que no hace falta añadir mucho más. Si estamos consintiendo que haya personas que simplemente se planteen volver por cómo están siendo tratadas en Europa, está dicho todo. La historia nos juzgara, pero ya será tarde para miles y miles de personas, personas que huyen de un infierno y llegan a Europa donde es aún peor.

Vergüenza, se queda corto, no existe término para definir estas posturas y estas acciones…

R.C.: ¿Somos cómplices de todo lo que ocurre, la democracia está secuestrada, nuestras vidas también?

M. H.: Somos cómplices. No estamos exigiendo a nuestros gobernantes que respeten los derechos humanos, no estamos en las calles pidiendo que se respete el derecho de asilo, no estamos cada día recordando que somos pueblo y que el pueblo salva al pueblo. Salimos de manifestación por los derechos de los refugiados y hay 1000 personas en Madrid. Esto es complicidad, esto es desidia, es quejarse en un bar, es llorar viendo la televisión en tu cómodo sofá y decir que el Gobierno lo hace mal. Pero nosotros seguimos tomando ese café. El Gobierno lo hace mal porque tampoco estamos exigiendo rotundamente que lo haga de otra manera.

La Democracia, está claro que no existe. Pero no ahora, desde hace mucho tiempo. Solo existe la económica de mercado, el Ibex 35, la prima de riesgo y los intereses empresariales.

R. C.: ¿Impunidad de los dirigentes europeos?

M. H.: Impunidad e intereses económicos, para ellos prima mucho más que el interés general y los Derechos Humanos, ya lo teníamos claro, pero cada vez se posicionan más en esta actitud.

R. C.: ‘Ningún ser humano es ilegal’, ¿bonita frase que nada tiene que ver con la realidad?

M. H.: Eso está claro, no somos ilegales mientras seamos esclavos del sistema, demos nuestro esfuerzo y sudor para que otros se enriquezcan, consumamos cada día lo que no necesitamos y con la cabeza agachada votemos cada 4 años sin protestar más, sin hacer un ruido. Es la única situación donde no somos considerados ilegales. Todas las demás, refugiados, migrantes, disidentes, contestatarios, etc., nos convierte en ilegales.

R. C.: ¿Lenguaje político y de los medios perverso?

M. H.: Sí, es así. Estamos siendo testigos de cómo intentan generar que el enemigo sean las personas refugiadas, que hay terroristas entre ellas. Y que si les damos asilo poco menos que nos van a matar a todos, que por eso van a ir a Turquía para hacer una criba previa y que no haya terroristas entre las personas que viajaran en el futuro a Europa, que eso habrá que verlo, si algún día vienen. Comentarios sobre que «mira tú, le dan un trabajo y no lo quiere», que es la manera de justificar el que no se les ayude. Cuando, como ya he dicho, tienen su derecho a elegir como personas libres que son.

La idea es que sintamos que los refugiados son el enemigo y que serán los culpables de todos nuestros males. Cuando son los gobernantes los culpables de los mismos y los generadores de los males. Pero haciendo que el pueblo se enfrente al pueblo, ellos siguen sin con su impunidad y sobre todo continúan con sus privilegios.

Mónica Hidalgo

R. C.: ¿Responsabilidad de los medios, demasiado sensacionalismo?

M. H.: Nos llega información sesgada, muchas veces centrada en el sensacionalismo, en niños corriendo por vías muertas, etc. Por ejemplo del Puerto de El Pireo en España hemos visto nada o muy poco. Igual que tampoco hemos visto que existen algunos pueblos de Grecia donde han sido acogidas familias refugiadas y que están cada vez más integradas. Pues supongo que ‘el buen rollo’ no vende en la agenda setting.

Responsables también de fomentar el odio, la xenofobia, etc. Y siendo altavoz cuando existe un conflicto con algunas personas refugiadas, justificando así que no les demos acogida y, sobre todo, generalizando.

R. C.: ¿Auschwitzs ocultos?

M. H.: Pues seguramente. Y sobre todo en Turquía y ahora mismo en los campos de detención en Lesbos y quién sabe si en los campos repartidos por Grecia. Pero no vamos a poder verlo, porque no pueden ir ni siquiera voluntarios extranjeros, y por tanto, in-visibilizando el problema. Además en breve dejerá de estar en la cabecera de los telediarios, olvidaremos este asunto y podrán hacer lo quieran sin ojos que denuncien. Y ahí, ahí es donde estará el problema y donde habrá impunidad para actos terribles, porque no habrá posibilidad de denuncia. Esta era mi mayor preocupación y miedo cuando tomaba el avión de regreso con lágrimas en los ojos por el futuro incierto de todas esas personas, que durante unos días habían sido mi familia, mis amigos, mis compañeros.

Sobre Mónica Hidalgo

Mónica Hidalgo | No Somos Delito

Mónica Hidalgo es una persona corriente que. como tantas otras. se indigna mucho con las injusticias que en los últimos tiempos nos toca vivir, no solo en España, sino a nivel mundial.

Licenciada en Farmacia trabaja para la industria farmacéutica. Y en su tiempo libre colabora como voluntaria libre para diversas causas y en diversos países.

Se considera una persona normal, una persona sencilla que no quiere tolerar que no se respeten los Derechos Humanos. Y que lucha en la medida de sus modestas posibilidades para que se cumplan, se respeten y se ejerzan.

 




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