Guillermo Zapata entrevistado por Maribel Mateos para PqHdM en Estudio de Madrización de Malasaña, Madrid (06/04/2015)

Guillermo Zapata entrevistado por Maribel Mateos en Estudio de Madrización

Guillermo Zapata de Ahora Madrid, concejal presidente de los distritos Fuencarral-El Pardo y Villaverde en el Ayuntamiento de Madrid (2015-2018)

El miércoles 6 de abril de 2016, la periodista Maribel Mateos entrevista a Guillermo Zapata para PqHdM en el Estudio de Madrización en el barrio de Malasaña del distrito Centro de Madrid.

Una entrevista atrevida que toca muchos temas, personales, políticos y sociales, con preguntas precisas a las que el concejal del Ayuntamiento de Madrid respondió con total sinceridad, sin rechazar ninguna de ellas.

Tal vez, puede ser el principio de una serie de entrevistas a los miembros del consistorio madrileño… No sé, pero lo que sí se es que no te puedes perder ésta al polémico Guillermo Zapata.

Guillermo Zapata entrevistado por Maribel Mateos en Estudio de Madrización

«Cualquiera de nosotros podría pensar que cuando alguien está en el ojo del huracán mediático y despierta pasiones y animadversiones (mucho más de lo segundo, que se hace más caja) se vuelve desconfiado, receloso de su intimidad y escéptico. Si encima ese alguien ha protagonizado el escándalo político más sonado en las redes sociales de la historia de la democracia española, te lo imaginas ya casi como un ludita, ya sabéis, aquellos que defienden la vuelta a las cavernas antes de que la perversión de la tecnología anule nuestra esencia.

Pues no, nada de eso. A nuestro invitado lo hemos encontrado en Facebook y, después de intercambiar un par de mensajes, ha aceptado concedernos una entrevista en el Estudio de Madrización, en el barrio de Malasaña de Madrid. Y sin apenas saber quiénes somos ni sobre qué versarán las preguntas… Alguien debería advertirle de que su vocación de servicio público roza ya lo temerario.

Maribel Mateos: Buenas noches, Guillermo, muchas gracias por aceptar nuestra invitación, especialmente teniendo en cuenta que se trata de un día laboral y son las 21:00 horas. ¿Ha tenido un buen día?

Guillermo Zapata: Sí, he tenido un buen día. Hoy me tocaba Fuencarral. Hay 2 tipos de días, días de tener reuniones y días de trabajar en el despacho… Hoy ha sido de la segunda clase. Primero, hemos ido a uno de los actos de la Jornada del Mayor; después, hemos estado trabajando en la Junta; más tarde, he tenido una reunión en el cuartel militar El Goloso; seguidamente, hemos comido; ya por la tarde, había otro acto de la Semana del Mayor que giraba en torno a los ‘mayores canguros’, que son los mayores que cuidan de sus nietos y bisnietos porque su familia no puede; luego, tenía que intervenir sobre unas jornadas de un colectivo que trabaja sobre salud mental; posteriormente, he tenido Junta de Portavoces para preparar el pleno de Fuencarral; cuando he acabado, tenía una reunión con los vocales vecinos de Ahora Madrid para revisar el pleno y, finalmente, ya he venido para acá.

M. M.: Un día muy heterogéneo, parece que va mucho con su personalidad polifacética. Concejal de Madrid, guionista, cortometrajista y escritor. Nos gustaría comenzar por su faceta como cortometrajista, si le parece bien.

G. Z.: Perfecto.

M. M.: Usted ha dirigido 3 cortos, ‘Lo que tú quieras oír’ (2005), ‘Y todo va bien’ (2008) y ‘Spot’ (2009). Su primer corto, ‘Lo que tú quieras oír’, se ha convertido en la pieza de ficción es español más vista de la historia de YouTube. Publicado bajo licencia Creative Commons y apostando por una promoción exclusivamente en la Red, parece que usted tenía claro antes que muchos el enorme potencial de comunicación de Internet.

G. Z.: No es tanto una cuestión visionaria, sino más bien era un medio que ya formaba parte de mi vida. Me parecía más fácil apostar por la Red porque para mí era muy difícil mover el corto, no tenía productora y quería que el material se pudiera compartir.

M. M.: Algo que nos llama la atención es que las 3 piezas audiovisuales hablan de la negación y el autoengaño, pues sus personajes, en un momento u otro, no quieren enfrentarse a la realidad. ¿Por qué quiso abordar esas realidades y qué opina de la negación y el autoengaño como estrategias de supervivencias?

G. Z.: No soy consciente de que la lógica de los cortos tuviera que ver con el autoengaño, sino más bien con la relación entre la realidad y la ficción entre más de un aspecto. Las dinámicas que ponemos en marcha para sobrevivir pueden tener el componente de contarnos una historia a nosotros mismos; si esa historia no se contiene, termina por caer, por lo que la única manera de vivir cómodo en una dinámica de autoengaño es la soledad.

M. M.: Y de la ficción audiovisual a la narrativa de ficción. En 2012, publicó su primera novela, ‘El Intercambio Celestial de Whomba’, primero en la web ‘Pequeño libro de notas’ (hoy en día inactiva, aunque todavía online) y, posteriormente, editada en papel por medio de financiación participativa o crowdfunding. En este sentido, ¿se trató de un crowdfunding tradicional de recompensas o de otra modalidad?

G. Z.: Se trató de un crowdfunding de recompensas. A partir de un determinado volumen, enviábamos ilustraciones originales que hacia Mario Trigo, y la recompensa más alta incluía cuentos personalizados que escribía yo. El sentido era conseguir financiación para editar en papel una novela que ya estaba editada en digital. De hecho, el proyecto sigue público en la Web.

M. M.: ¿Está satisfecho con la ley de fomento de la financiación empresarial aprobada en 2015 que regula el crowdfunding?

G. Z.: No soy experto en la ley, pero recuerdo que había un debate sobre la mesa con respecto a una doble cuestión: por un lado, el aspecto positivo de regular legalmente un espacio que estaba funcionando; por el otro, que se estaba planteando en unos términos de restricción y no tanto de entenderlo como algo que merecía la pena controlar para sostenerlo y apoyarlo, y evitar, así, los efectos más perversos como la precarización, la autoexploración. En ese sentido, parecía buena idea regular, pero, a la vez, parecía que la ley se hacía para acotar un campo que se percibía de alguna forma como hostil.

M. M.: ¿Ha apoyado alguna vez económicamente a algún proyecto de crowdfunding?

G. Z.: Si, esta mañana para un colectivo de traductores, un proyecto que me parece muy interesante.

M. M.: Su segunda publicación se titula ‘Cronología del Salto Literal: El Teorema de Aub‘ y se trata de un relato que nos lleva a la Guerra Civil Española, con dosis de historia y artistas conocidos como Dalí y Buñuel. De hecho, este relato fue incluido en la antología de mejores relatos Steampunk de la editorial Nevski que se publicó en 2015. Este subgénero narrativo de ficción especulativa concibe la tecnología de una forma más positivista, mostrándola casi de forma romántica. Después de la polémica vivida por sus comentarios en Twitter, díganos ¿no se ha planteado hacer otro relato, pero ya enmarcado en el ciberpunk?

G. Z.: Bueno, donde hay poder hay resistencia. La tecnología no es algo neutro, una misma tecnología tiene efectos positivos y efectos perversos. Creo que estamos viviendo un proceso de transformación muy profundo que tiene que ver sobre todo con una transformación en la dimensión de la esfera pública y la esfera privada. En ese sentido, las redes sociales están funcionando a la vez como lugares donde se juntas esferas públicas y privadas, y donde se resignifican el sentido de las cosas en contextos que son a la vez públicos y privados. Cuando uno pone un tuit, tiene a la vez una sensación y un deseo: la sensación es que lo escribe de una manera que es comprensible para aquellos que le leen y, a la vez, tiene la vocación de que sea universal. Hay una contradicción porque eso es imposible, ya que no puede funcionar a la vez. Hay un momento en el que, por la propia lógica de crecimiento, alguien no te entiende. Esto es algo en el que todos estamos continuamente trabajando y aprendiendo de manera colectiva.

M. M.: Hablemos de libertad de expresión, pero libertad de expresión en Internet y, en concreto, en las redes sociales. Comentarios en Twitter, en Facebook o en cualquier otra red social pueden ser precipitados, impulsivos y fácilmente malinterpretados porque se toman fuera de contexto. ¿Cree que los límites de la libertad de expresión deberían ser redefinidos en Internet, atendiendo a sus particularidades?

G. Z.: Efectivamente, hay un debate. En el proceso jurídico en el que estoy metido, en uno de los recursos, uno de los jueces que falló a mi favor planteaba una distinción entre la libertad de expresión en términos de derecho (él entendía que debía protegerse en mi caso) y los mecanismos que tiene la sociedad para sancionar determinadas conductas que están dentro de la libertad de expresión, pero que generan dolor. En mi caso, distinguía entre que tuviera que dimitir por algo que había escrito, que es objeto de discusión social, y que fuera un delito. Creo que hay 2 planos que se mueven a la vez siempre que hablamos de libertad de expresión, que es el derecho a decir lo que quieras y las consecuencias que eso tiene. Cuando hay consecuencias a lo que uno dice, se afirma que se está atacando la libertad de expresión, pero no es verdad, se ataca la libertad de expresión cuando se impide que algo se diga. Si el debate sobre lo que se puede decir y lo que no se cierra demasiado, eso empieza a afectar a las leyes que permiten a uno decir lo que quiere.

Lo que ocurre en las redes sociales es que el contexto es híbrido y el aprendizaje es colectivo, es decir, estamos aprendiendo nosotros y están aprendiendo los propios jueces, los medios de comunicación, etc. Por lo tanto, tenemos que generar prácticas razonables, sin olvidar que siempre que se define una práctica también se define su perversión. Hay que trabajar sobre los tabúes o sobre los elementos que aparentemente no son tolerables, hablar de ellos. A veces, incluso la voluntad de provocación abre cambios más democráticos, por ejemplo, algo que no se podía decir hace 20 años, hoy nos puede parecer absurdo. Sin embargo, en otras ocasiones, la provocación falla o consigue una cosa contraria. Se trata de un campo que está en definición históricamente. Lo que se dice y lo que no se dice en la esfera pública, lo que es tolerable y lo que no lo es no se va a resolver… Digamos que tenemos que seguir trabajando con ello.

M. M.: El pasado 26 de febrero, The New York Times, ponía la lupa sobre la libertad de expresión en España. El artículo, firmado por Raphael Minder, llegaba a afirmar que «La ley antiterrorista en España permite la caza de brujas», y hacía referencia al caso de los titireteros, Rita Maestre y el suyo propio. ¿Cree que vivimos un tiempo de ‘Caza de brujas’ en España?

G. Z.: Al estar inserto en esa cuestión, no soy el más adecuado para juzgarlo. Me abstengo de responder, no porque no tenga una opinión, sino porque mi opinión está condicionada por el contexto. Creo que si existe un contexto de caza de brujas o no, todo el que está fuera de situaciones de este tipo es quien tiene no sólo que juzgarlo, sino que resolverlo. No somos ni Rita, ni los titiriteros ni yo, los que podemos resolver ese asunto. No somos sujetos de ese asunto, sino objetos, en todo caso.

M. M.: También a finales de febrero se archivó de nuevo la causa abierta contra usted por un presunto delito de humillación a las víctimas. ¿Quiere eso decir que el caso está definitivamente archivado?

G. Z.: No, eso fue un archivo que no es definitivo porque las asociaciones de víctimas, las entidades que se presentan contra mí, pueden recurrir. De hecho, lo han hecho. Ahora habrá un proceso en el que se decidirá si el caso queda definitivamente cerrado o se vuelve a reabrir. Entiendo que si se pudiera reabrir, en este caso, tendría que ir a juicio.

M. M.: El Ayuntamiento de Madrid está tomando medidas que fomentan la descentralización de actividades del distrito Centro. La celebración de los carnavales en Tetuán y la celebración del Año Nuevo Chino en Usera son un ejemplo de ello. ¿Qué actividades considera que sus distritos deberían asumir en términos de competencias?

G. Z.: Me parece que no es bueno entrar en competencias, es más interesante que no fijemos la celebración de una cuestión concreta a un distrito, salvo San Isidro que tiene la vinculación con la Pradera. Creo que el Carnaval el próximo año se puede celebrar en Moncloa y el Año Nuevo Chino en Vicálvaro, lo interesante es que seamos capaces de construir una policentralidad de la ciudad.

En términos culturales, hay infraestructuras potentes en todos los distritos, pero diría que los vecinos y las vecinas en los distritos tienen demandas mucho más concretas. Por ejemplo, en los distritos en lo que yo estoy no tenemos competencias para hacer obras en la calle y esa es la demanda más habitual que tiene la Junta de Distrito. Eso ahora tiene que ir al Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible, antigua Área de Urbanismo, que tiene que concretar todo lo que se hace en Madrid. Este es un ejemplo perfecto de hasta qué punto tendría sentido un proceso de descentralización en Madrid. Otro ejemplo es que las Juntas de Distrito no tienen competencias en materia de juventud.

Por ello, es muy importante que ese proceso de descentralización no vaya solo del centro hacia los distritos, sino de la propia administración, en el sentido de descongestionarla y que vaya a los propios ciudadanos. Tenemos que favorecer procesos de autogestión, en el que los propios vecinos y vecinas gestionen espacios y tengan papeles más activos. Creo que el protocolo de gestión de los espacios que ha puesto en marcha el Ayuntamiento va en esa línea.

M. M.: ¿Qué proyectos apoya desde la Concejalía que repercutan en la innovación social?

G. Z.: Estamos muy atados a la lógica competencial, al presupuesto, etc., y, quizás, no sea tanto de proyectos concretos, sino de métodos. Por ejemplo, nosotros ahora en Fuencarral y Villaverde tenemos dentro del presupuesto de esta legislatura la construcción de una biblioteca y un centro cultural en cada distrito, y el proceso se va ha hacer con los vecinos. Estamos intentando que todo se haga en términos de participación y cercanía. Así, en Villaverde, hemos recuperado las fiestas del distrito, que se habían centralizado en una única gran fiesta, y, este año, vamos a hacer 6 fiestas que gestionarán directamente los vecinos. Nosotros lo que haremos será facilitarles el menú de las necesidades que tengan. También considero que el proceso de presupuestos participativos desarrolla la iniciativa social y la innovación.

M. M.: Ahora que es una persona que ejerce un cargo público, ¿cómo lleva ese cruce entre lo privado y lo público?

G. Z.: Creo que lo llevo bien teniendo en cuenta la circunstancias. En general, lo que me he encontrado en la calle cuando alguien me ha reconocido, tanto en los que muestran empatía como en los que son más críticos, ha sido una relación de respeto. Sí diría que me molesta más esa construcción de uno mismo como ‘meme’. Desde que paso lo mío con los tuits, los medios de comunicación saben que mi presencia genera cierta atención y construyen titulares, en mi opinión desmesurados, sobre cuestiones banales para conseguir clics y tener publicidad, en una cierta perversión de lo que serían las lógicas de la atención en la Red. Recuerdo un titular que comentamos entre compañeros que rezaba «Por qué Zapata va a los plenos en chándal» y, luego, entrabas en la noticia y era muy rigurosa porque explicaba mi lesión de rodilla; sin embargo, el titular era muy llamativo. Recuerdo también que, durante mi baja de rodilla, se publicó un titular que decía que perdíamos una votación porque yo no estaba y no hablaba nada de los votos en contra de otros partidos. He aprendido a asumir que ante eso no puedo hacer nada.

M. M.: El pasado 3 de marzo, cuando ya se había celebrado la 1ª votación en el Congreso de los Diputados para la investidura de Pedro Sánchez, en la que Podemos votó ‘No’, Manuela Carmena se reunió con Pablo Iglesias y le pidió que permitiera gobernar al líder socialista tomando como ejemplo lo que ocurrió en su investidura, cuando recibió apoyo del PSOE. En declaraciones a los medios, dijo que hablaba entonces como ciudadana y como política. ¿Qué opina usted como político y como ciudadano, coincide con Manuela Carmena?

G.Z.: Creo que discrepo con Manuela en este sentido. Para mí, que volviera a haber elecciones no es el peor escenario posible. Entiendo que, en un contexto en el que el partido socialista comete un grave error llegando a un pacto con Ciudadanos (que está pensado para bloquear que Podemos pueda formar parte del Gobierno) si tuviera que haber elecciones, no lo considero un límite infranqueable. Creo que en este contexto no es sólo prioritario que haya gobierno, no vale cualquier gobierno con tal de que lo haya. Para Manuela la prioridad es la gobernabilidad, para mí es un escenario posible, pero no el único.

M.M.: En ocasiones, ha escrito en Tribuna Abierta (eldiario.es). En su última publicación, que data del 25 de enero de 2016, hace una reflexión sobre la propuesta de coalición que Pablo Iglesias ofreció al PSOE, donde se postulaba como Vicepresidente. Definía usted aquello como un desafío político en clave de factor sorpresa, un desafío que Podemos no había consultado a sus bases, y planteaba que la discusión colectiva imposibilita acciones que requieren de sorpresa y anticipación. Formulaba usted una serie de preguntas sin respuesta. Nos gustaría recuperar una de ellas: ¿Cómo se pueden construir organizaciones, con sus procesos de liderazgo y sus estructuras de dirección que sean a la vez abiertas, democráticas y plurales?

G. Z.: Lo primero, es que hay que experimentar en ello. Ponemos encima de la mesa una cuestión que es un problema con los liderazgos, con liderazgos carismáticos que, en lugar de ser de muchos son de unos, y pone esa cuestión de los liderazgos como una herramienta útil que produce democracia. Siempre pongo el ejemplo de WikiLeaks, un dispositivo que ha producido una enorme cantidad de democracia y de transparencia, pero que, a la vez, es profundamente opaco: ninguno sabemos cómo funciona, cómo se organiza, no sabemos nada, pero su opacidad produce una paradoja muy sugerente.

Me parece que hay un problema en la forma en la que hemos pensado la democracia en las organizaciones. Creemos que la democracia siempre tiene que ser algo para controlar a quien tiene poder porque el control sobre el que tiene poder es la manera de garantizar que no se le va de las manos. No obstante, esa propia posición de poder determina la posibilidad real de que esa democracia se ejerza. Pongo el ejemplo de las CUP: en las asambleas nadie puede decir que todo el proceso democrático de las CUP no sea profundamente democrático, pero había un proceso de perversión sobre los objetivos en favor de un objetivo particular que tenía que ver con Artur Mas. En ese sentido, se pervirtió la idea de que los artífices de los recortes sociales en Cataluña no pudieran gobernar. El juego ahí es que lo democrático no ha servido al sentido que tenía la democracia. Otro ejemplo son las organizaciones políticas tradicionales, que tienen muchos mecanismos de control, pero son inútiles, pues no han servido ni para contrapesar a sus líderes ni para evitar la corrupción.

Tengo la sensación de que la democracia o los desplazamientos democráticos tienen que ver con cómo se desplazan las posibilidades desde afuera, es decir, hay cosas que antes eran tolerables y ahora no lo son. Y no es porque haya habido un proceso formal democrático, sino porque ha habido comunidades muy fuertes que han reconstruido sentidos comunes. Considero que hay que pensar las organizaciones en esos términos: no es tanto que las bases tengan una gran capacidad de control de la parte de arriba, sino que tengan una gran autonomía para que, organizadas, desplacen lo que por arriba se pueda hacer.

M. M.: En 2007, formó parte del colectivo El Patio Maravillas. Fue desde este colectivo que, inicialmente, participó en el Movimiento 15M, aunque después los colectivos se diluyeran y se fusionaran con el movimiento. ¿Se inspiró el 15M en otros movimientos, como el de Tahrir y la Primavera Árabe?

G. Z.: Participé de forma muy activa en el Patio hasta que tomamos la decisión de hacer el proceso municipalista. El Patio, desde el principio, ha defendido ser apartidista. En ese sentido, las personas que participamos en el Patio dimos un paso a un lado para que el colectivo pudiera defender su autonomía. Con respecto al 15M, creo que bebe de muchas cosas… Tahrir es uno de los ejemplos. De Tahrir, nos llegó la cuestión de la democracia, desafío, la plaza, tomar el tiempo y decir que «esto ya no os pertenece a vosotros en exclusiva, sino que es de todos». Sí que hay una traducción muy directa, no sólo de Tahrir, pero, desde luego, también.

Vivo lo que está pasando en Francia con mucha ilusión, especialmente porque en esas plazas está la esperanza de que Francia no sucumba a la extrema derecha, y eso no es importante solo para Francia, es importante para toda Europa.

Guillermo Zapata

M. M.: Muchos comparan lo que está ocurriendo en Francia, ‘Le Nuit Debout’ (La noche en pie) con el espíritu del 15M. ¿Quiere mandarles algún mensaje a las personas congregadas en la plaza de La República?

G. Z.: En realidad, lo que me gustaría es que ellos nos mandaran un mensaje para entender lo que está pasando. Creo que tendría que haber un ejercicio de traducción y una traducción nunca es fiel al original. Recuerdo que, antes del 15M, quienes participábamos en movimientos sociales cogíamos experiencias de otros lugares e intentábamos copiarlas. En el Patio, por ejemplo, teníamos mucha relación con los centros sociales italianos. Sin embargo, el movimiento empezó a funcionar cuando tuvo un sello propio, que, efectivamente, cogía elementos de otros lugares, pero, de alguna manera, eran imposibles de pensarse sin una cierta localidad. Recuerdo que después del 15M, hablando con compañeros de Italia, estos no entendían nada, pues había muchas cosas que la mente de un activista que no había atravesado el 15M no entendía.

Vivo lo que está pasando en Francia con mucha ilusión, especialmente porque en esas plazas está la esperanza de que Francia no sucumba a la extrema derecha, y eso no es importante solo para Francia, es importante para toda Europa. Estamos viviendo un momento muy complicado, una especie de nuevo fascismo europeo que funciona en unos términos que no es el fascismo de los años 30 o 40, pero que es fascismo y que de alguna manera percibimos con una cierta normalidad. Que organizaciones como Amanecer Dorado en Grecia o políticas no muy distintas a las que aplicaría el Frente Nacional en Francia sean las que está aplicando la UE en materia de refugiados, es muy alarmante. Hay un conglomerado de instituciones, partidos de extrema derecha, que en algunos casos se están haciendo cargo de una angustia ciudadana derivada de la crisis buscando una salida por vía de lo peor. Lo que sucede en París es un antídoto ante esto y me hace mucha ilusión.

M. M.: Las protestas se han extendido por toda Francia. Periodistas que se han desplazado hasta la zona relatan que las referencias al 15M son constantes, que la gente se pregunta «¿Cómo lo hicieron?» En ese sentido, ¿hay algún modelo o instrucciones que valgan?

G. Z.: Creo que está bien tener libros de instrucciones, pero luego está la realidad. Hay una anécdota, no recuerdo de qué pensador, que estaba escribiendo sobre cómo podía ser la revolución rusa. A la mitad del libro dijo: «Disculpadme pero ha estallado la revolución rusa, y eso es mucho más interesante que lo que yo estoy planteando». Lo real siempre gana, si se ajusta mucho al libro de instrucciones creo que algo no está funcionando bien.

M. M.: Por cierto, sabemos que el Ayuntamiento de Madrid va a colocar una placa en la Puerta del Sol en homenaje al 15M, pero no sabemos la ubicación…

G. Z.: En realidad, no estoy completamente seguro. Es una propuesta que sale de la Junta Municipal del Distrito Centro, quien, a través del Área de Cultura, colocará la placa. Como deseo, me gustaría que estuviera donde estaba la placa de ‘Dormíamos, despertamos’, que luego se retiró.

M. M.: Fue usted, además, portavoz de Ganemos Madrid en 2015. Ahora Madrid es un partido de formaciones, un movimiento de confluencias y surgió por un acuerdo alcanzado por la dirección de Podemos y Ganemos Madrid. ¿Podría explicarnos cuáles son las semejanzas y diferencias entre las líneas políticas de ambas formaciones?

G. Z.: Creo que hay un elemento que es clave: Ganemos Madrid nace como una propuesta municipal y como una plataforma, cuya lógica de organización no se asemeja en nada a lo que podría ser un partido. Cuando surgió, solicitabas entrar, había una reunión y te ibas incorporando directamente a la coordinadora. En ese sentido, no tiene una dirección política separada de su órgano de coordinación. Digamos que se diferencia de Podemos en todo lo que Podemos se asemeja más a un partido político, en la escala de la intervención y en que tiene una noción distinta del conflicto social. Se diferencia también en que Ganemos es un espacio más pequeño que incorpora a mucha gente del tejido asociativo que nunca se hubiera vinculado a algo que tuviera una forma de partido, pero que, en una plataforma de este tipo, se sentía más cómoda. Además, no tiene esa difusión territorial ni el poder mediático que tiene Podemos. Más allá de eso, Podemos y Ganemos Madrid tienen algunos vasos comunicantes.

M. M.: Tras la dimisión del secretario de Organización de Podemos en la Comunidad de Madrid, Emilio Delgado, otros 9 miembros del Consejo Ciudadano, máximo órgano entre asambleas, dimitieron el pasado mes de marzo. ¿De qué manera afecta esto al gobierno municipal?

G. Z.: De ninguna manera.

M. M.: ¿Cree que podría pasar algo parecido en el Gobierno municipal?

G. Z.: No. Es una cosa que ha pasado en otra organización y no condiciona a Ahora Madrid, que tiene sus propias estructuras y su propia dinámica de gobierno.

Maribel Mateos: Para terminar, volvamos a su faceta de guionista y a su pasión por la ficción: ¿Cuál podría ser el titular de la reunión que mantendrán el  jueves [07/04/2016] los líderes del PSOE, Podemos y Ciudadanos?

Guillermo Zapata: Un titular sería ‘Gran acuerdo entre Podemos, Ciudadanos y PSOE’. Lo que sería realmente divertido es que, antes de la reunión, contaran con una máquina del tiempo y viajaran 5 años al futuro para mantener una conversación con su yo del futuro; luego, con el intercambio de información, volver para, bien reproducir lo que les han dicho, o bien generar una paradoja y romper la línea temporal. Creo que eso estaría, por lo menos, gracioso.»

Maribel Mateos Rosado | Periodista

Maribel Mateos Rosado | Periodista

Maribel Mateos Rosado es licenciada en Periodismo, especializada en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid y en la actualidad cursa el grado de Ciencias Políticas y de la Administración por la UNED.

Viajera de mochila, entusiasta de lo local y su gastronomía, tiene pasión por la cultura, la política y las nuevas tecnologías.




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