Reconstrucción aproximada del  Madrid islámico con el alcázar dominando la almudayna rodeada por la muralla

El alcázar islámico de Madrid

Maqueta de la reconstrucción ideal del Madrid islámico

Maqueta de la reconstrucción ideal del Madrid islámico

El alcázar islámico de Madrid, 1º de los 5 elementos que conformaban la primitiva ciudad islámica, era la pieza defensiva principal que caracterizaba al ‘Magerit’ musulmán. Además se reforzaba con la muralla que nacía en él. Y que, con toda probabilidad, estaba formada con sus mismos materiales.

Intentar describir el primitivo alcázar islámico de aquel primitivo ‘Mayrit’ resulta difícil dada su desaparición por un incendio a principios del siglo XVIII.

Aparte de todos los cambios que sufrió a lo largo de su existencia. Puesto que los reyes cristianos, que también lo usaron como fortaleza defensiva, lo fueron ampliando a lo largo de sucesivas modificaciones. Así se convirtió en Real Alcázar. Y, por tanto, antecesor del actual Palacio Real.

El alcázar islámico de Madrid

Residencia del caid, máxima autoridad militar y también máximo representante del poder central cordobés, el alcázar servía de refugio a los guerreros y sus familias en caso de ataque o asedio. Aunque ellos residían de froma habitual en la almudayna o ciudad de los guerreros.

Asimismo, suponemos que en su interior existían algunos pozos o manantiales que permitían la defensa prolongada  del recinto, Suposición bastante probable dada la cercanía de diversos arroyos que desembocaban en el cercano río Manzanares. Como el arroyo Mayrit, después de San Pedro y hoy calle de Segovia. O los arroyos de Leganitos y de Arenal, en la actualidad sendas calles homónimas.

Además, en su interior existía una pequeña mezquita para atender las necesidades religiosas de la guarnición. Y tras la conquista cristiana del siglo XI pasó a ser la iglesia de San Miguel de la Xagra,

El antiguo alcázar del Mayrit musulmán cumplió a la perfección su objetivo defensivo pues resistió todos los asaltos que contra él se llevaron a cabo. Y sólo se entregó tras un acuerdo de los Banu Habil con Abderramán III, primer Califa Omeya de Córdoba, independiente del Califato de Bagdad.

De alcázar islámico a palacio real

En efecto, tras el incendio de la Nochebuena de 1734, el Real Alcázar de Madrid quedó bastante destruido. Y eso dio lugar a que Felipe V decidiera destruirlo del todo para construir sobre su solar un nuevo Palacio Real. Y más acorde con los nuevos gustos refinados de la recién entronizada Casa de Borbón.

Esta decisión real enterró los restos del antiguo alcázar islámico impidiendo la posibilidad de cualquier excavación arqueológica. Aunque la primitiva fortaleza madrileña estaría construida según la tipología habitual de los alcázares islámicos: una planta cuadrada articulada alrededor de un patio central.




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